Los nombres de Coca-Cola y Papá Noel, siempre asociados al color rojo y al mítico anuncio navideño, pertenecen al imaginario colectivo. ¿Será por la alegría de la Navidad o por lo llamativo que resulta el color rojo? Sea como fuere, su base histórica lo sitúa en la figura real de San Nicolás de Bari, un obispo cristiano que vivió en lo que hoy conocemos como Turquía entre los siglos III y IV. La historia cuenta que era un hombre generoso que repartía regalos entre los más pobres, especialmente niños.
La tradición católica de Papá Noel se remonta a la Edad Media, al siglo XII, cuando sus restos fueron trasladados a Italia para ser preservados allí. ¡Aún faltaba mucho para que los caminos de Papá Noel y Coca-Cola se cruzasen!
Después, serían los inmigrantes holandeses los que hicieron viajar la tradición del santo cuando se desplazaron a Nueva Amsterdam, origen de la actual Nueva York, alrededor del siglo XVII. Con él viajó la tradición de hacer regalos a los más pequeños el 6 de diciembre, fecha en la que al parecer murió. La literatura hizo el resto, empezando a dibujar la imagen del hombre afable y de aspecto orondo que no pararía de evolucionar hasta el siglo XX.
Fue el gran autor estadounidense Washington Irving quien popularizó el nombre de Santa Claus en su obra satírica Historia de Nueva York. El nombre procedía del original Sinterklaas de los colonos holandeses. ¿Vestiría ya de rojo en esa época?
Sobre su reconocible fisonomía de anciano bonachón y algo rechoncho, mofletes y larga barba blanca tenemos que ‘culpar’ al dibujante alemán Thomas Nast, quien en 1863 dio vida a la imagen externa del personaje para sus tiras navideñas en la revista Harper’s Weekly. Lo hizo tomando como referencia las vestimentas de los obispos europeos de su época para crear al que ya iba camino de ser el rostro de la Navidad.
¿Inventó Coca-Cola a Papá Noel?
Aunque pueda parecer lo contrario, Coca-Cola no fue la primera marca de bebidas que contó con Papá Noel para su publicidad navideña. ¡Podemos asegurar que Papá Noel tenía una vida antes de Coca-Cola! ¿De dónde viene entonces esa idea?
La respuesta está en los anuncios de Navidad que empezó a publicar la marca estadounidense en los años 30. El artista Fred Mizen fue el elegido para pintar un anuncio de Navidad en el que se ve al personaje en medio de una multitud bebiendo el refresco. El anuncio se usó en revistas muy populares, entre ellas el Saturday Evening Post.
Después de él, Coca-Cola empezó a contar con el ilustrador Haddon Sundblom, que concibió un Papá Noel más realista, con una amplia sonrisa y una figura rotunda. Para hacerlo, se cuenta que se inspiró en un amigo suyo, vendedor jubilado.
El artista creó los anuncios navideños de la marca hasta 1964, convirtiéndolos en un icono mundialmente conocido. Sus cuadros, que luego se adaptaban a las necesidades publicitarias de tiendas, calendarios, vallas y establecimientos, han sido expuestos en diferentes ocasiones.
De este modo, la leyenda y la marca se fusionaban, creando un tándem mágico en el imaginario colectivo. Y es que, para nosotros, la Navidad es tan mágica como el personaje de Papá Noel.
